Los muiscas: reconocimiento de su patrimonio turístico y cultural*

* El presente artículo es el resultado de investigación de un proyecto realizado con los estudiantes de 5C del Gimnasio Bilingüe Campestre Marie Curie durante 2017.

POR VIVIANA CHICUAZUQUE ÁVILA**

** Magíster en Filosofía Latinoamericana y Licenciada en Filosofía y Lengua Castellana de la Universidad Santo Tomás. Docente del Gimnasio Bilingüe Campestre Marie Curie. Correo electrónico: sovifivia@gmail.com.

Recibido: 27 de junio de 2019. 

Aceptado: 27 de agosto de 2019.

Resumen
En este artículo se presentan los resultados de la investigación sobre el reconocimiento de la riqueza histórica y cultural de los muiscas mediante la creación de un mapa digital. Para ello, el referente metodológico utilizado fue la investigación documental, que permite un acercamiento más detallado a fuentes primarias y secundarias relacionadas con los muiscas. Luego se realizó un estudio de campo en el que se reconocieron distintos lugares vinculados a sus tradiciones culturales. Finalmente, como resultado de esta investigación, se creó un instrumento digital que habilita el acceso a la información sobre los sitios seleccionados. Es de vital importancia crear espacios de interacción que lleven a los estudiantes a interesarse por las culturas indígenas de Colombia, y más aún si se vincula el uso de los medios tecnológicos que ofrece la era actual.
Palabras clave:
arqueología, muiscas, mapa digital, natural, patrimonio, turismo.
Cómo citar este artículo:
Chicuazuque Ávila, V. (2019). Los muiscas: reconocimiento de su patrimonio turístico y cultural. Nautilus Scientiae, (1), 56-67.
Abstract
The purpose of this research is to promote the recognition of the historical and cultural wealth of the Muiscas from the creation of a digital map that accounts for the tourist, natural and archeological value of some related sites with that community. For this, the methodological reference used was documentary research, which allows a more detailed approach to primary and secondary sources related to Muisca culture. After this investigation, a field study was carried out in which different places linked to their cultural traditions were recognized. Finally, as a result of this research, a digital instrument was created that enables access to information on the selected sites, finding that it is vital to continue generating interaction spaces that lead students to become interested in the indigenous cultures of our country, making use of the technological means offered by the current era.
Keywords:
muiscas, heritage, tourism, archeology, natural, digital map.

Introducción

El interés por investigar sobre la cultura muisca nace de la necesidad de incentivar en los estudiantes un reconocimiento de la sabiduría y las tradiciones de pensamiento indígena. No obstante, ¿cómo se puede fortalecer este vínculo entre nuestras raíces culturales y las nuevas generaciones?, ¿por qué es pertinente que en el ámbito escolar se profundice en las distintas tradiciones indígenas? Actualmente, la tecnología suele ser el medio a través del cual se canaliza e interioriza cualquier tipo de información. De esta forma contribuye a la formación de estas generaciones y amplía el acceso a distintos contenidos que antes resultaban muy limitados. Incorporar el uso de tecnologías a la educación y, más específicamente, en el abordaje de sabidurías indígenas, puede aumentar el interés de los estudiantes en sus tradiciones culturales. Esto es de vital importancia no solo para preservar en nuestra memoria colectiva el horizonte de comprensión del mundo de las culturas indígenas, sino también para tomar conciencia de lo mucho que aportan frente a los retos culturales y ambientales del presente siglo.

Ante el propósito de fortalecer el reconocimiento del patrimonio turístico y cultural de los muiscas, los estudiantes de quinto del Gimnasio Bilingüe Campestre Marie Curie (GBCMC) realizaron una investigación documental sobre dos variables conceptuales: primero, la cultura muisca, específicamente, su patrimonio cultural, natural y arqueológico; y segundo, la cartografía y los sistemas de localización con los que se puede rastrear la ubicación física de cada lugar. Esta última se orienta a los destinos turísticos vinculados a la cultura muisca, mediante los cuales se va a generar su reconocimiento. A esto se suma el hecho de que la investigación se desarrolla en el marco del Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas. 

Una vez realizada la investigación documental, se determinaron tanto las zonas de interés turístico presentes, principalmente en la región cundiboyacense, como las herramientas digitales que posibilitarán dicho acercamiento al patrimonio muisca. En ese sentido, se identificaron —como valor agregado— algunas zonas de abandono y desvalorización cultural, que fueron visibles al momento de realizar las salidas de campo a los sitios investigados. Ahora bien, las herramientas establecidas corresponden a Story Map, Blogger y Open Street Map, que son gratuitas y con derechos de licencia pública. Finalmente, con el diseño y la creación de esta última se evaluó el impacto que tuvo la herramienta dentro del ámbito escolar.

Metodología

La investigación documental fue el método utilizado en este proyecto. Se reconoce como un procedimiento sistemático que posibilita la indagación, la recolección, la organización, el análisis y la interpretación de información de acuerdo con un tema determinado. Así mismo, conduce a la construcción de conocimientos a través de distintas fuentes. 

Por ello, más que una copia textual de lo que han realizado otros investigadores, involucra:

[…] una serie de métodos y técnicas de búsqueda, procesamiento y almacenamiento de la información contenida en los documentos, en primera instancia, y la presentación sistemática, coherente y suficientemente argumentada de nueva información en un documento científico, en segunda instancia. De este modo, no debe entenderse ni agotarse la investigación documental como la simple búsqueda de documentos relativos a un tema (Tancara, 1993, p. 94).

Este método permitió realizar una contextualización de la cultura muisca y su patrimonio turístico, natural y arqueológico, como primera fase de la investigación, la cual involucra distintas etapas. Así, en primer lugar, los estudiantes de 5C del GBCMC —quienes ejecutaron el proyecto durante 2017— hicieron una recolección
de información
de textos en PDF encontrados en la web. La mayoría eran resultados de investigaciones de la Universidad de los Andes, la Universidad Nacional de Colombia y la Pontificia Universidad Javeriana. De igual forma, se contó con algunos materiales bibliográficos encontrados en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Para la recolección de información se seleccionaron aquellos textos que fueran coherentes con la edad formativa de los estudiantes. Así, textos como los de Carl Henrik Langebaek no se podían utilizar debido a que emplean términos muy técnicos enmarcados en el ámbito de la arqueología.

En segundo lugar, se realizó el proceso de registro de información con base en fichas técnicas en las que se recogían datos paratextuales y de contenido del material bibliográfico abordado. Los datos paratextuales correspondían a título, autor, editorial (si la tenía), fecha y lugar de publicación. Respecto al contenido, los estudiantes debían realizar un resumen que diera cuenta del propósito del texto y de los datos más relevantes que aparecían sobre la cultura muisca y los lugares asociados a esta. 

Después de la recolección y el registro de información bibliográfica, se siguió este mismo proceso en los lugares mencionados en los documentos leídos. Así, para complementar la etapa de recolección de información, los estudiantes viajaron a los distintos destinos de Boyacá que se seleccionaron según la información obtenida. Para la realización del viaje, se utilizó como técnica de investigación el estudio de campo, en la que: 

La recolección de datos directamente de los sujetos investigados, o de la realidad donde ocurren los hechos (datos primarios), sin manipular o controlar variable alguna, es decir, el investigador obtiene la información, pero no altera las condiciones existentes […] en una investigación de campo también se emplean datos secundarios, sobre todo los provenientes de fuentes bibliográficas, a partir de los cuales se elabora el marco teórico. No obstante, son los datos primarios obtenidos a través del diseño de campo, los esenciales para el logro de los objetivos y la solución del problema planteado. La investigación de campo, al igual que la documental, se puede realizar a nivel exploratorio, descriptivo y explicativo (Arias, 2012, p. 31).

El estudio de campo permite establecer si los lugares seleccionados cumplen con el criterio de ser turísticos o si, por el contrario, se encuentran en abandono cultural. Por otra parte, para complementar el registro de información, los estudiantes realizaron una guía de campo que involucraba aspectos como el nombre del lugar, la dirección o las coordenadas, el municipio, la reseña histórica, el material audiovisual, las actividades turísticas que se podían realizar y la información de algún contacto turístico.

En tercer lugar, dentro del análisis de la información recolectada y registrada en los dos instrumentos creados, se delimitaron algunos contenidos necesarios para el producto final de la investigación. Estos aluden específicamente a información geográfica de la cultura muisca y datos turísticos de los lugares visitados. Así mismo, fue necesario emplear algunas encuestas diagnósticas sobre conocimientos previos de la cultura muisca en los 53 estudiantes que conformaban los cursos de 5A y 5B, quienes corresponden a la población seleccionada para evaluar, en la fase final, el producto tecnológico creado.

Este tipo de investigación se pudo validar a través de once etapas guiadas. Según Lara (1998), para tener un proceso claro de investigación e innovación tecnológica hay que considerar cuatro fases: investigación, desarrollo tecnológico, aplicación y adopción y perfeccionamiento del producto, las cuales se relacionan con las que
se adoptaron para el presente proyecto.

Para la fase construcción de la cartografía se estableció la herramienta digital Story Map, software gratuito y de libre alcance, que permite crear un mapa digital con la ubicación cartográfica de distintos lugares. Para el acceso a los contenidos culturales de cada sitio seleccionado se determinó la herramienta Blogger, software XXX. Los estudiantes de 5C construyeron el diseño y la creación del mapa digital, en el cual se plasmó cada uno de los criterios establecidos en el análisis de la información. 

Finalmente, para la tercera fase, se evaluó el impacto del mapa digital a través de encuestas que permitieran establecer hasta qué punto se había generado un reconocimiento de la cultura muisca después de observar el mapa. No obstante, dichas encuestas se realizaron sin un pilotaje previo del mapa digital. 

Resultados y discusión
Contextualización de la cultura muisca y su patrimonio turístico, natural y arqueológico

A la llegada de los conquistadores, en el departamento de Cundinamarca existía una gran variedad de culturas, tales como los muiscas, los panches, los tapaces o colimas y los muzos (Herrera, 2008). De igual forma, aclara que en el territorio controlado por los muiscas del zipazgo también habitaban etnias como los sutagaos, los chíos o suraguas, los guapis, búchipas o macos. ¿Cuál era la ubicación espacial de estas etnias en el momento de la invasión europea? En el suroccidente de la provincia de Santafé —que lo conformaban, prácticamente, todos los territorios sujetos al Zipa—, en el valle de Fuasagasugá hasta los márgenes del río Sumapaz, se encontraban asentamientos1 de sutagaos. En la parte suroriental del departamento, en los municipios de Ubalá, Medina, Gachetá y demás, estaban los asentamientos de los guayupes. No obstante, un aspecto que llama la atención de la autora es la disparidad en el volumen de información relativa a los grupos étnicos que ella menciona, igual que a sus respectivas villas, provincias y ciudades:

Tomando como punto de partida la Guía bibliográfica preparada por Segundo Bernal, se encontraron 201 registros relativos a los muiscas, específicamente, los sujetos al Zipazgo, y a la historia colonial de lo que fue la provincia de Santafé, mientras que para el área panche sólo se encontraron 10 registros, para el área colima 3, para el área muzo 3, sobre muzos y colimas conjuntamente 1 y sobre guayupes 1. Es decir, alrededor del 91 por ciento de la bibliografía registrada por Bernal para el área se refiere a los muiscas (Herrera, 2008, p. 17).

1 Un asentamiento posee como características principales: posesión de vestigios culturales como artefactos líticos, cerámica, restos óseos animales y enterramientos, estos elementos sugieren la presencia de áreas de habitación permanente y la realización de vestigios inherentes a ella.

Teniendo presente la información que proporcionan las guías bibliográficas sobre el número de registros mayor respecto a los muiscas, Herrera agrega que también es necesario mirar con detenimiento el aporte de los cronistas. En el caso de Piedrahita (1942), este pone mayor atención en el ordenamiento político del zipazgo. 

Herrera resalta un problema en las estructuras de poder y en las relaciones interétnicas en el departamento de Cundinamarca, pues existían mayores diferencias políticas y contradicciones dentro de un mismo grupo étnico respecto a otros grupos. Las unidades políticas de los muiscas estaban centradas en el zipazgo y el zacazgo. Sin embargo, había variaciones en la organización política de estos dos, pues en una referencia que Herrera hace de Londoño (1985), hay evidencias sobre dos dinastías simultáneas, es decir que se trataría de una diarquía, como la que señaló Rostworowski (1983) con los incas.

Tal estructuración de poder, basada en sistemas de pensamiento dual, no es ajena a las sociedades de habla chibcha, a la que pertenecían los muiscas. Es factible que también se registrara en el Zipazgo […] Los cronistas coinciden en señalar que éste último era más poderoso que el Zaque, lo que al parecer, significaba que su poder era absoluto (Herrera, 2008, p. 20).

A pesar de la identidad cultural que se les dio a los muiscas con su respectivo calificativo, había importantes variaciones en su organización política. De acuerdo con Piedrahita, existieron señoríos independientes, así como diferentes niveles de centralización del poder. Además, los grupos no muiscas formaban parte de la organización política, tanto del zipazgo como del zacazgo.

La diversidad de etnias que habitaban la zona cundiboyacense, y que comúnmente termina agrupándose dentro del término muisca, no es la única confusión conceptual que hay. José Pérez de Barradas, en el primer tomo de su obra Pueblos indígenas de la Gran Colombia (1950), llama la atención acerca de la frecuente confusión entre los términos muisca y chibcha. Este último, según explica, se refiere a una gran macrofamilia lingüística de pueblos amerindios; de ahí que el autor prefiera hablar de muisca para designar el pueblo que habitaba en la altiplanicie andina del Nuevo Reino de Granada y utilizar el término chibcha para referirse a la lengua común del pueblo muisca. Sin embargo, otras explicaciones, como las de Fray Pedro Simón (1981), afirman que chibcha se aplicó a los habitantes de la Sabana de Bogotá, puesto que se relacionaba con el nombre de la divinidad propia de esta parte de la región, es decir, con Chibchacum: “la lengua de esta sabana, que es la más universal de estas tierras, se llama lengua chibcha” (Simón, 1981, p. 240). Así mismo, da una explicación acerca del término muisca:

En la lengua de esta sabana o valle de Bogotá, lo que nosotros significamos con este vocablo hombre, significan los indios cono este vocablo muexca; de manera que muexca en su lengua es lo mismo que hombre en la nuestra castellana; pero como nuestros conquistadores preguntasen por sus intérpretes a los indios si había mucha gente en aquella tierra, respondían en su lengua: Muexca bien agen, que quiere decir muchos hombres o mucha gente hay, y preguntando más, qué quería decir muexca, respondían que hombre o persona (Simón, 1981, p. 261).

Respecto a la frase “muexca bien agen”, el autor se refiere a la cantidad de hombres encontrados, pues eran “tantos como moscas”; lo evidencia así en su composición silábica por la similitud entre muexca a moxca, ‘mosca’. Por eso la sabana de Bogotá se llamó la Provincia de las Moscas. También existe una marcada diferencia entre muisca y chibcha, pues muisca quiere decir lo que en castellano denominamos hombre o persona, mientras que chibcha engloba a su macrofamilia lingüística. 

En lo que concierne a la economía de la cultura muisca, es necesario tener en cuenta aspectos como la alimentación y la agricultura. Los muiscas eran ricos en alimentos como tubérculos, frutas, venados, curíes y pescado. No obstante, su mayor alimento era el maíz, cuya importancia económica, según Pérez de Barradas, puede apreciarse por el número de vocablos existentes para designar sus variedades: “Mazorca de maíz: aba, maíz amarillo: abtyba, maíz rojo, maíz blanco: fuquipquyhyta, maíz rojizo: salam (n) y, maíz negro: chyscam (n) y, maíz blanco: phochuba” (Lehmann, citado por Pérez de Barradas, 1950, p. 24). En cuanto a la agricultura, Pérez explica que hay dos formas agrícolas distintas: la del azadón y la del arado. El azadón era manejado por las mujeres, quienes también estaban a cargo de la recolección de los productos vegetales, mientras que el arado se consideraba una ocupación propia del hombre. Ahora bien, debido a que los muiscas estaban en zonas aledañas a lagunas y ríos, también se encuentra la pesca como recurso principal para su alimentación.

Dentro de la vida social, uno de los elementos más importantes es el matrimonio, que se podía dar con ceremonia religiosa o sin esta. Sin embargo, Pérez de Barradas, alejándose de esta interpretación, expresa que el casamiento generalmente se daba gracias a que el hombre, al escoger a una mujer, ofrendaba o enviaba presentes a los padres. Si estos no se los devolvían, significaba que había sido aprobado el casamiento. También aclara que cuando se trataba de una mujer primera o principal, sí tenía que haber una ceremonia religiosa. Otras dos formas de casarse corresponden al momento en que, por un lado, las mujeres eran solicitadas por los caciques y entregadas a ellos o, por otro, cuando en medio de una guerra eran ofrecidas como presentes, para así sellar una especie de paz.

Pérez de Barradas (1950) explica que existía la poligamia por parte de los caciques y la exogamia como una forma de matrimonio, en la cual los caciques no se podían casar con mujeres de la misma comunidad, sino de otras comunidades. Este autor español resalta que —según lo expresan de igual modo cronistas como Zamora, Fray Pedro Simón o Piedrahita— en los muiscas no se veían prácticas de sodomía. Al contrario, esta era castigada con la muerte, al igual que las relaciones sexuales que determinaran el delito del incesto, o incluso el adulterio. Otro elemento importante es la familia, pues hacía de base social elemental conformada por padres e hijos y algunos parientes solteros. Así mismo, existían etiquetas sociales como la de mohanes, jeques y civiles que se dividían en pregonero, quien era el más estimado del cargo social, uzaques o caballeros bien nacidos —según la expresión de Castellanos y que trae a colación Pérez de Barradas—, guechas, es decir, los guerreros escogidos; tributarios y esclavos, de los cuales es clara su posición social. 

En cuanto a la vida espiritual, en ella se ven comprometidas manifestaciones artísticas, científicas y religiosas, es decir, sus expresiones culturales. El arte se convierte, por ello, en una idea que forma parte de aquel orden social y no responde a propósitos decorativos meramente. El sentido de su arte, el caudal de sus conocimientos, su concepción de mundo, su dogma y ritual religioso, constituyen un tesoro tan preciado que solo puede transmitirse de generación en generación, puesto que está destinado a desaparecer con el contacto de elementos extraños. El arte, la ciencia y la religión son las tres facetas culturales que caracterizan a los pueblos, pero, a su vez, están estrechamente unidas (Pérez de Barradas, 1950, p. 324).

El arte rupestre es el más destacado, pues en todo el territorio muisca hay una multitud de rocas con pinturas prehispánicas que, según Pérez de Barradas, pertenecían a culturas primarias cuyo arte era esquemático y convencional; de ahí que también hayan poseído un carácter más mágico que decorativo: “las piedras con arte rupestre son miradas por pueblos diferentes a los que han sido sus autores, con un recelo supersticioso” (1950, p. 344). Por otra parte, también se encuentran las artes plásticas, destacadas por el manejo de cerámica y metal como algo propiamente muisca; así mismo, las artes rítmicas referidas al baile, el canto y la música, las cuales son un arte simbólico y universal.

Las investigaciones arqueológicas de Ana María Boadas Rivas (1987) en el valle de Samacá, Boyacá, al norte del territorio muisca, complementan los conocimientos sobre la producción en cerámica y arte rupestre que se tenía de los muiscas. Antes de incursionar en los aportes de Boadas Rivas, es necesario tener en cuenta que de los estudios sobre el altiplano cundiboyacense se han establecido tres ocupaciones prehispánicas: periodo Lítico, periodo Herrera y periodo Muisca. El primero se caracteriza por una economía de caza y recolección, además de evidenciar un patrón de migración. El segundo, en cambio, se caracteriza por ser un grupo sedentario —de ahí que haya más evidencia de sus asentamientos alrededor de la Sabana de Bogotá—, encargado de la agricultura y de la caza para su subsistencia. En cuanto al tercer periodo, sus asentamientos están comprendidos en lugares como Zipaquirá, y aunque todavía no se ha establecido relación con los del periodo Herrera, datan aproximadamente hacia los siglos XII y XV, y cuya cerámica presenta formas un poco más antropomorfas.

Boadas (1987) obtiene más información a partir de las excavaciones arqueológicas a un sitio llamado “Piedrapintada”, en el Puente de Boyacá. Allí aparecen restos de fogón, huellas de poste, zona de desechos, sector de talla de piedra y cerámica, muestras que en definitiva comprueban que fue un refugio temporal de grupos humanos. Ahora bien, las muestras de este sitio están relacionadas con el periodo Herrera:

Posteriores investigaciones en el área de Tunja muestran por primera vez un sitio estratificado que sugiere una continuidad entre el material cerámico anterior al Muisca (periodo I) y el Muisca (periodo II). Al periodo I se asocia el ‘complejo de cerámica incisa’ y comprende un lapso que va desde el siglo III o IV d. C. hasta el siglo X d. C., según cronología relativa. La cerámica presenta notorias similitudes con la de la Sábana de Bogotá (Boadas Rivas, 1987, p. 11).

¿En qué momento se empieza a hablar de lo muisca y por qué aun cuando hay una diferencia nominal entre los tres periodos se habla indistintamente de muisca? La cerámica incisa posteriormente va a unirse con la pintada, lo cual demuestra una especie de transición relacionada con los periodos II y III. Dicha transición demarca que hubo un periodo de contacto entre los dos que data aproximadamente de los siglos VII y VIII d. C.: “el ‘complejo de cerámica incisa’ es reemplazado por el ‘complejo de cerámica pintada’, proceso de cambio que dura entre 300 y 400 años, posiblemente debido al contacto y ‘coexistencia de dos tradiciones cerámicas de grupos culturalmente diferenciados’” (Boadas Rivas, 1987, p. 11). Estos grupos influyeron en el desarrollo de la cerámica de esta zona. Por su parte, en el periodo III prevalece el complejo de cerámica pintada posterior al siglo IX d. C., donde no solo se presenta el tipo de cerámica Tunja Arenoso, sino también Tunja Desgrasante Gris. “Esta época coincide entonces con la consolidación de los Muiscas en la Zona” (Boadas Rivas, 1987, p. 11).

Falchetti y Plazas (1973) excavaron los basureros de talleres cerámicos de Sutamarchán. Esto las llevó a identificar en la producción el tipo Suta Naranja Pulido (1005 a 260 d. C.), el cual había sido encontrado en otros lugares como Tunja, Valle de Samacá, Valle de Leiva, entre otros. No obstante, en estos últimos lugares aparecen también rasgos de las tradiciones incisa y pintada; de ahí que se mantenga cierta reserva respecto al contacto entre el grupo del periodo Herrera y el del Muisca, “ya que la evidencia arqueológica en que se apoya se considera insuficiente para establecer un empalme de esta naturaleza” (Boadas Rivas, 1987, p. 12). Así, entonces, esta autora también pone en tela de juicio la unidad político-cultural contenida en el término muisca —referida al inicio de este apartado a través de las distintas etnias que habitaban la región—. Para los fines de la presente investigación, se utilizará el etnónimo muisca, con lo cual se entiende que puede abarcar al conjunto de etnias que habitaban lo que hoy son los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. 

Con base en la contextualización realizada, el patrimonio cultural corresponde a la herencia que una comunidad transmite a las generaciones presentes y futuras para conservar sus formas de ser en el mundo. Por eso el patrimonio arqueológico está muy ligado al patrimonio cultural, pues tiene que ver con esos objetos que son de valor para el país y que nos muestran los cambios que se produjeron en las sociedades antiguas. Así mismo, otro aspecto cultural relevante es la lengua, pues aunque se dice que está extinta, actualmente se desarrollan varias investigaciones sobre lengua chibcha o también llamada muiscubum, según fuentes bibliográficas como las crónicas de Fray Bernardo de Lugo o las investigaciones de María Stella González.

Un tercer aspecto del patrimonio cultural corresponde a la tradición, por las creencias que nos transmiten sus mitos, por los ritos que aún se mantienen —como las fiestas al sol—. Aquí son importantes las investigaciones de Jorge Augusto Gamboa, Carl Henrik Laegenback, entre otros. Respecto al patrimonio natural, este se encuentra constituido por monumentos naturales generados por formaciones físicas y biológicas, es decir, fueron creados poco a poco a lo largo del tiempo por la naturaleza. En el caso de los muiscas, un ejemplo de ello son las lagunas y los cerros orientales.

Destinos turísticos

Debido a que 2017 fue considerado el Año Internacional del Turismo Sostenible por la Organización de Naciones Unidas, se realizó la selección de algunos destinos turísticos mediante los cuales se puede reconocer el patrimonio muisca y, asimismo, crear espacios de sensibilización del respeto y cuidado que se debe tener con la herencia cultural y arqueológica que recibimos de ellos. ¿Qué se comprende, propiamente, por turismo?

La actividad turística tiene potencial para promover el crecimiento económico y la inversión a nivel local, lo cual a su vez se traduce en oportunidades de empleo, distribución de rentas y en impulso de otras actividades como la agricultura, pesca y artesanía en las localidades receptoras […] A nivel internacional, según la Organización Mundial del Turismo —OMT— (2008), el turismo representa el 35 % de las exportaciones mundiales y más del 70 % en los países menos adelantados (Morillo Moreno, 2011, p. 136).

En la actualidad, el turismo es una de las actividades económicas y culturales más importantes con las que puede contar un país o una región. Económicamente fomenta el progreso, pues representa una de las mayores fuentes de ingreso, además de que es generador de empleo. Culturalmente contribuye al reconocimiento de las riquezas sociales que posee el país.

¿Cómo se evidencia este aspecto en la visita a los distintos lugares seleccionados? Cuando los estudiantes realizaron la búsqueda teórica de los destinos turísticos relacionados con los muiscas, aparecieron muchos lugares desconocidos. Esto permitió verificar que algunos sitios eran muy conocidos, pero otros, como la Ruta del Agua, no tanto. Al final, los lugares seleccionados fueron: el Pozo de Donato (Tunja), las Piedras de Usca (Mosquera), las Piedras del Tunjo (Facatativá), Cojines del Zaque (Tunja), el parque Manoa (Paipa), el Salto del Tequendama (Soacha), la laguna La Herrera (Mosquera), el Infiernito (Monquirá), la laguna de Ubaque (Villa de Leyva), el lago de Tota (Tota), el Museo del Oro (Bogotá), la laguna de Guatavita (Guatavita) y el Templo del Sol (Sogamoso).

Los criterios de selección para elegir los destinos dependían de distintos factores consignados en la guía de campo y divulgados en la realización del mapa digital. El primero se refiere a la facilidad de acceso a la información, es decir, que se tenga la suficiente información teórica del sitio turístico seleccionado para sustentar los datos que los estudiantes brindaron en el mapa digital. Aquí hay que tener presente que hubo sitios no visitados, pero por la gran cantidad de información que existe de estos, se agregaron en el mapa. El segundo factor se remite al conocimiento y el desconocimiento de algunos sitios, pues hay unos que son muy conocidos, como la laguna de Guatavita o las Piedras del Tunjo, pero hay otros que ni siquiera se sabía que tenían relación con los muiscas. El tercer factor tiene que ver con la ubicación espacial, porque todos los destinos tenían que estar en la zona cundiboyacense, pues en esta nos vamos a basar. El cuarto factor corresponde a los aspectos logísticos propios de cada desplazamiento turístico.

Al momento de realizar los viajes, se estipuló una guía de campo para extraer la información. Los datos específicos fueron: el nombre del lugar, la dirección o coordenada y el municipio, que están vinculados con el patrimonio natural; una breve reseña histórica del lugar, en la que se explicite su relación con la cultura muisca; material audiovisual recopilado en las salidas pedagógicas, lo cual contribuyó a mostrar el patrimonio cultural. Finalmente, otro aspecto que aparece son las actividades turísticas que se pueden realizar y la información de cómo contactarse con un guía de viaje para visitar estos sitios, para visibilizar el patrimonio turístico. 

Encuesta diagnóstica.

Para determinar el impacto que podría tener el proyecto, una vez realizado el mapa digital, se les aplicó una encuesta a los estudiantes de quinto A y B, para saber si estos niños de 10 y 11 años se podían interesar en esta cultura precolombina. La encuesta constó de dos preguntas. La primera es: “¿Te gustaría saber acerca de la cultura muisca?”. La figura 1 expone los resultados obtenidos de la respuesta de los estudiantes.

Figura 1. Encuesta diagnóstica sobre la posibilidad de que los estudiantes quieran aprender de la cultura muisca.

Esta encuesta se aplicó el 5 de mayo de 2017. Aunque la mayoría de los estudiantes encuestados manifiesta su interés por aprender sobre la cultura muisca, existe un porcentaje que no evidencia curiosidad al respecto. Ahora bien, la pregunta por el interés se contrastó con la pregunta por la importancia que tenía para estos estudiantes aprender sobre la cultura muisca (figura 2).

Figura 2. Encuesta diagnóstica sobre la importancia de aprender sobre la cultura muisca.

En este caso, el porcentaje de estudiantes que expresa que no es importante tiende a disminuir; no obstante, no todos los estudiantes se encuentran seguros de que sí es importante, lo que aumenta el número de estudiantes que manifiesta que “tal vez”, específicamente en 5A. 

Construcción de cartografía

Para cumplir con el objetivo de la investigación, se estableció que un mapa digital sería la herramienta digital más adecuada. Por esta razón, los estudiantes de 5C tuvieron que manejar conceptos vinculados con cartografía y sistemas de localización. El uso del mapa también posibilita centrarse en aspectos turísticos y geográficos que puedan orientar a quien haga uso de este. 

Según el Instituto Geográfico Nacional (s.f.) un mapa es: “la representación convencional gráfica de fenómenos concretos o abstractos, localizados en la Tierra o en cualquier parte del Universo” (p. 11) . De forma general, los mapas se pueden clasificar desde dos puntos de vista: según la escala de trabajo, o según el propósito general o topográfico y particular o temático para el que ha sido creado. 

Uno de los conceptos principales es el de los sistemas de localización, tales como la brújula o el sistema de posicionamiento global (GPS, por las siglas en inglés de global positioning system). Los sistemas de localización sirven para identificar y rastrear la ubicación física de los dispositivos en tiempo real para la gestión de inventarios o ubicación geográfica de determinados lugares. El segundo concepto importante es el de cartografía, que se refiere a la ciencia que se encarga de reunir y analizar medidas y datos de regiones de la Tierra, para representarlas gráficamente en diferentes dimensiones lineales. El tercer concepto clave corresponde a los mapas digitales, que alude al conjunto de datos que representan información espacial y atributos, almacenados en el ordenador. 

Elección de herramienta digital y diseño de mapa

La herramienta elegida fue Story Map, la cual se escogió porque, a diferencia de Google Maps, reserva derechos, brinda libertad para modificar los datos, es gratuita y tiene derechos de licencia pública. Esto quiere decir que todo lo que se haga en dicha herramienta queda para la comunidad y no para la empresa de Story Map. Tal herramienta se construyó en la Universidad de Northwestern, Chicago, y permite hacer trabajos asociados a coordenadas GPS e información adicional. Para buscar las coordenadas que debían ir en el mapa se empleó Open Street Map, que brinda información enviada por GPS. Para manejar la herramienta fue necesario realizar un taller de cartografía, que permitió aprender conceptos clave como ubicación, medición de distancia y narrativa. Al mapa se puede ingresar si se pone en el buscador “mapa turismo muisca” o mediante el siguiente enlace: https://bit.ly/2lxNBrx

También es posible encontrarlo a través del blog, cuya página es: turismomuiscacolombia.blogspot.com.co

Evaluación del mapa digital

Una vez realizado el mapa, se dio la posibilidad de que los estudiantes encuestados inicialmente interactuaran con él. Tras esta experiencia se volvió a preguntar a los estudiantes “¿Les gustó conocer sobre la cultura muisca a través del mapa digital?”. La figura 3 muestra los resultados obtenidos.

Figura 3. Encuesta de evaluación sobre el gusto por haber conocido sobre la cultura muisca.

Esta encuesta se aplicó el 25 de septiembre de 2017. Por medio de ella se encontró que, aunque la mayoría de los estudiantes manifiesta que fue de su agrado la posibilidad de aprender sobre la cultura muisca a través del mapa, no todos estuvieron convencidos de la experiencia, pues dos niños de 5B responden que “tal vez” les gustó. Es decir que el mapa no logró llamar completamente su atención.

La segunda pregunta fue: “¿Te parece importante conocer la tradición turística y cultural de los muiscas?”. La figura 4 expone los resultados obtenidos de la respuesta de los estudiantes.

Figura 4. Encuesta de evaluación sobre la importancia de conocer sobre la cultura muisca.

Esta encuesta se aplicó el 25 de septiembre. La mayoría de los niños de 5B dijo que sí les parecía importante haber conocido sobre esta cultura precolombina, en especial a 23 estudiantes, mientras que en 5A se observa que todos los estudiantes respondieron afirmativamente. Por otro lado, un niño de 5B responde que tal vez le parece importante, es decir que el mapa no logró llamar completamente su atención.

Conclusión

Ante el propósito de fomentar el reconocimiento de la riqueza turística y cultural de los muiscas, se diseñó un mapa digital cuyo contenido involucraba tanto la contextualización documental que hicieron los estudiantes de 5C como aspectos estéticos que llamaran la atención de sus compañeros de 5A y 5B. El mapa digital pretendía ser una herramienta puesta al alcance, principalmente, de los estudiantes.

Respecto al manejo del mapa, el porcentaje de estudiantes que expresó una opinión negativa a las preguntas de las encuestas diagnósticas generó un reto para el proyecto. En el momento de la evaluación se podía determinar si el mapa logró cumplir el objetivo principal de fomentar el reconocimiento del patrimonio turístico y cultural de los muiscas. En el caso de los estudiantes que respondieron afirmativamente, hubo más responsabilidad en la realización del proyecto, porque el objetivo es que exista mucho más interés hacia la cultura muisca. El porcentaje de estudiantes que dio una respuesta negativa o indiferente fue mínimo, lo que puede deberse a su desconocimiento sobre el valor que esta cultura nos aporta.

Para evidenciar si el proyecto cumplió el objetivo se realizaron las dos encuestas de evaluación. La respuesta, en su mayoría, fue positiva, es decir, se logró fomentar el reconocimiento del patrimonio turístico y cultural de los muiscas en los estudiantes de quinto, pues ninguno dio una respuesta negativa ante las preguntas que les realizaron. En ese sentido, es importante seguir propiciando espacios de reconocimiento cultural indígena, ya que de ellos se desprenden nuestras formas de ser y nuestras raíces ancestrales. 

Mediante la investigación documental, los estudiantes reconocieron los aspectos sociales y culturales de los muiscas. Sin embargo, aún persiste una falta de claridad sobre la comprensión de este etnónimo, así como sus diferencias con las otras comunidades que también habitaron la zona cundiboyacense. De igual forma, ante la falta de acceso a las tradiciones de pensamiento de la cultura muisca en el ámbito escolar, es necesario no solo problematizar la forma como transmitimos sus conocimientos, sino también adecuar más espacios de reconocimiento con apoyo de las nuevas tecnologías.

Referencias

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